La disbiosis se refiere a una alteración en la composición y función del microbioma intestinal, que puede ser causada por infecciones virales, bacterianas, fúngicas y parasitarias. La disbiosis y la infección crónica por microorganismos pueden desencadenar una respuesta inflamatoria crónica que afecta a múltiples sistemas y órganos del cuerpo, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, la enfermedad cardiovascular, la enfermedad renal crónica y el cáncer.
Las toxinas pueden causar daño celular y estrés oxidativo si el cuerpo no puede deshacerse de ellas de manera efectiva. Esto puede contribuir al proceso de envejecimiento y a la aparición temprana de enfermedades crónico-degenerativas. La quelación de metales pesados puede ser una herramienta útil para reducir la carga tóxica en el cuerpo y mejorar la salud vascular y cognitiva en las personas.
La presencia de parásitos, virus, hongos y otros microbios en el cuerpo, junto con la bioacumulación de toxinas y metales pesados, puede tener un impacto negativo en el equilibrio hormonal y en el sistema endocrino. Estos agentes patógenos y sustancias tóxicas pueden interrumpir la producción, la liberación y la actividad de las hormonas, lo que puede afectar el funcionamiento de diversos sistemas y órganos del cuerpo. La disbiosis y la inflamación crónica causada por la presencia de estos agentes patógenos y sustancias tóxicas también pueden contribuir a la disfunción endocrina, acelerando el proceso de envejecimiento y aumentando el riesgo de enfermedades crónicas.